Historia
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La Federación Uruguaya de Cooperativas por Ayuda Mutua (FUCVAM) es una organización gremial de segundo grado, nacida en 1970. Con la finalidad, de fortalecer el derecho a la vivienda, esta gremial agrupa cooperativas bajo la consigna de ser usuarios, ayuda mutua y propiedad colectiva. Fueron los fundadores y trabajadores de FUCVAM, quienes vieron en el modelo un camino para resolver la vivienda en los sectores de menores ingresos. 

La vivienda decorosa del mercado privado cada vez es más difícil de adquirir. Pese a este inconveniente estructural, las cooperativas afiliadas a FUCVAM produjeron viviendas de calidad y lograron forjar una solución importante para los y las trabajadoras uruguayas.

La propuesta de FUCVAM no solo impactó en la consolidación del derecho a la vivienda, sino que también ha podido ofrecer un modelo de paisaje urbano distinto. Las negociaciones a largo plazo con autoridades estatales han podido asegurar apoyo financiero y garantizar el acceso a la tierra.

Actualmente,  más de 730 cooperativas están federadas a FUCVAM en Uruguay, representando a más 35.000 familias. La organización continúa trabajando para organizar, apoyar, y capacitar a cooperativas de vivienda por ayuda mutua, como también en el desarrollo de colaboraciones internacionales.

A través del proyecto Cooperación Sur-Sur en asociación con We Effect, FUCVAM consolidó trabajo internacional en 2001. El objetivo fue facilitar la transferencia del modelo de cooperativa de Ayuda Mutua a otros países. Así es como el modelo ha sido trasladado a organizaciones locales de países de América Latina y El Caribe.

FUCVAM fue ganadora del primer premio 2012 otorgados por ONU Hábitat 28 de agosto de 2012

La FUCVAM, a través de su proyecto “Cooperación Sur-Sur: proyección de la experiencia del Modelo FUCVAM de cooperativas de vivienda por ayuda mutua en toda América Latina”, recibió el primer premio en 2012 del galardón otorgado por la ONU a través de la BSHF (Building and Social Housing Foundation). La gremial fue premiada con el primer lugar entre más 400 proyectos finalistas presentados por 200 países de todo el mundo.

Por más de 50 años el proyecto se ha desarrollado. Nunca la esperanza ha sido un obstáculo para las y los más vulnerables. Pese a las inclemencias y de las diferencias políticas mantenidas con diferentes gobiernos, la alternativa del modelo de Ayuda Mutua es un fin accesible para los y las trabajadoras.

El hecho de que la participación activa de los cooperativistas, futuros usuarios de la vivienda, a través de la autogestión directa, sea la base de este modelo crea pertenencia y empoderamiento. Lo que se ve reflejado en el posterior mantenimiento de los complejos, también utilizados colectivamente. Son los futuros usuarios quienes, asesorados por los Institutos de Asistencia Técnica, dirigen la obra, administran y toman las decisiones necesarias para que la misma se lleve a buen fin.

Este modelo no está solamente comprometido con la construcción de las viviendas, sino con el mantenimiento del Fondo Nacional de Vivienda, única garantía de que el proceso continúe y el modelo sea una solución para más trabajadores.